Rocío y Adrián son una pareja muy especial. Ellos creen en el destino, por encima de muchas cosas. En su recepción, de entrada al convite, fueron recibidos por sus invitados, los cuales poseían una estrella, esa que cuando la miras en el firmamento, sabes que es tuya. Y Adrián supo desde hace mucho tiempo que la suya se llamaría Rocío. Una boda elegante y divertida, donde no faltó el buen humor.
Justo después del baile la novia quiso darle una sorpresa junto a sus amigas y dedicarle un bonito baile. Una de las canciones interpretadas fue la canción que les unió un 23 de Abril, Rocío estaba en un bar con sus amigas y él sentado al fondo... y allí surgió la magia.